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A partir de ahora en “recomendamosono” recomendaremos o no libros, películas y discos que se nos ocurran. La idea es intercambiar opiniones, cortas, largas, monosilábicas .... sobre lo que vamos descubriendo y discutir, sobre todo discutir.

martes, 20 de mayo de 2008

No es país para viejos, de Cormac McCarthy

Después de leer la crítica que le hizo Alberto a La Carretera, la verdad es que lo cogí con muchas ganas. Además, era mi regalo del día del libro, un poco de lectura de uno de los mejores escritores contemporáneos. Pues debe ser que no es libro para damas. Creo que las persecuciones funcionan mejor en la películas que en los libros, o al menos a mí no me funcionan, por mucho que el estilo de narrativa sea muy interesante, sencillo, un poco hasta cruel, rompiendo normas y sin necesidad de contarlo todo, dejando un poco de espacio al lector, cosas que siempre me gustan…. pero… no deja de ser una persecución. Además, tengo un problema con los libros tan violentos: que no puedo cerrar los ojos. En las películas sabes cuando los puedes volver a abrir, probablemente milésimas de segundos después de que dejen de gritar, o cuando cambia la música pero ¿y en un libro? No puedes saltarte un párrafo, o una página, no le puedes preguntar al de al lado ¿ya ha pasado?. Los diálogos me han encantado. Tengo curiosidad por ver qué han hecho en la adaptación con los monólogos metafísicos sobre bien contra el mal del Sheriff. En fin, que para persecuciones en negro sobre blanco me quedo con La vida desenfrenada de Sailor y Lula, y para adaptaciones tendré que ir a ver la película.

jueves, 8 de mayo de 2008

Shenzhen y Pyongyang de Guy Deslisle

A los amantes del cómic, a los que han pasado por China o Corea del Norte, de la espontaneidad en la escritura y en el dibujo, de los diarios de viaje… les recomiendo ambos cómics. Deslisle narra en primera persona su paso por ambas ciudades como director de un equipo de animadores (tras la deslocalización en estos países de parte de la producción de la empresa para la que trabaja). En Shenzhen retrata con sutileza los intentos fallidos de comunicación, los choques culturales con el entorno, la soledad en el país con más habitantes del mundo… sin valoraciones políticas pero sí con algunos “entre líneas”, mucho sentido del humor e ironías. En Pyongyang un poco más de lo mismo, mismo estilo de dibujo y narrativa. Disfruté más de Shenzhen, probablemente porque entendía todas las referencias y sutilezas, pero creo que Pyongyang es más interesante porque Dislisle se relaciona más con los nativos –aunque solo con los guías porque no se le permite tener contacto con otros que no sean extranjeros.

Ambos son muy personales y surrealistas. No creo que intenten hacer un retrato exhaustivo de ninguna de las ciudades, sino simplemente un acercamiento de mirada curiosa, porque Deslisle no describe las ciudades como turista sino que describe su entorno laboral y los insoportables fines de semana en los que la ciudad no le permite hacer demasiado. A veces recuerda a la curiosidad de un niño que no conoce nada y tiene que digerir todo, a su manera.