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A partir de ahora en “recomendamosono” recomendaremos o no libros, películas y discos que se nos ocurran. La idea es intercambiar opiniones, cortas, largas, monosilábicas .... sobre lo que vamos descubriendo y discutir, sobre todo discutir.

jueves, 23 de octubre de 2008

Camino

"Camino" es una película difícil de valorar por el hecho de estar inspirada en varios hechos reales y no ser 'la historia real de una niña...'.
Tratandose de una obra que es una crítica abierta a una parte del inmenso espectro de religiones, tengo que confesar que mi visión es un tanto parcial, ya que el Opus Dei no es santo de mi devoción, valga la expresión, como tampoco lo es la iglesia cristiana en general para Javier Fésser, hecho que impregna tanto esta película como toda su obra anterior -antes con un aire sarcástico, pero ahora con algo de saña-.
Ni técnica ni artísticamente se le puede reprochar nada a la impecable factura de la película: Fésser es un maestro en la hilvanación fina de tramas que se van ocultanto y mostrando en el momento exacto y con una precisión milimétrica ("El milagro de P.Tinto" es la mayor expresión de su talento). Hace un juego soberbio con dos mundos paralelos, que constituye al mismo tiempo lo mejor y lo peor.
Si digo qué es lo que no me convenció de ese juego desvelaría el intríngulis de la película. Y es que, volviendo a lo que comentaba al principio, si ese juego tuviera su base en hechos reales, me quito el sombrero por el rompecabezas que de una forma tan preciosa y emocionante que se va resolviendo hasta el clímax final. Pero lo cierto es que no es así y la tergiversación que hace de la mixtura de historias en las que se ha basado hace que el resultado general me resulte algo tendencioso; afortunadamente no tanto como para que no me guste, ya que si pongo en una parte de la balanza su visión de la religión, personalizada en el Opus, y en la otra el propio fruto de Escrivá, mi elección se decantaría por la positividad y las buenas intenciones de las películas de Javier, al margen de sus críticas más o menos acertadas.
No se pueden dejar pasar por alto los toques de humor 'made in Fesser-Gomaespuma' de algunos personajes secundarios, encabezados por Begoña, la mejor amiga de Camino, que es la alegría de la pantalla cada vez que aparece. Tampoco he de dejar de lado lo más desagradable, que es esa manía que hay últimamente de mostrar las operaciones quirúrgicas hasta el más mínimo detalle (véanse las series-mito tipo "House"). La dirección de actores es impecable y está lejos del academicismo cercano al tufillo de obra de teatro del instituto que vimos en "Los girasoles ciegos". Nerea Camacho, la protagonista, es un descubrimiento y tiene momentos que me sobrecogieron.
Aunque a lo largo del metraje los vaivenes de la narración son continuos (nos llevan en segundos del disfrute a lo desagradable, a lo cursi y la "americanada final" tipo Brubaker) el resultado final, como mínimo, sacude conciencias, emociona y afila el sentido crítico de las creencias de cada uno.
Naturalmente ha tenido rechazo por parte de los familiares de la niña a la que está dedicada la película -actualmente en proceso de beatificación- y del Opus. Por mi experiencia personal, si fueramos asépticos y solamente tomásemos las palabras de los miembros de la Obra -al margen del malabarismo narrativo que hace Fésser- ni un vocablo ni acción de los personajes que los encarnan en la película escaparía al libro de estilo de su santo.

viernes, 3 de octubre de 2008

Vicky, Cristina, la madre que las parió y el suicidio asistido

Perdón, el post anterior debería incluir esto (y el título, claro)

Woody Allen, al paredón; de verdad, habría que impedir que determinados artistas continuaran arrastrándose por el show business cuando ya no tienen absolutamente nada que decir. Lo mejor, lo único bueno de la peli, Penélope, y tampoco es nada extraordinario, porque calca el personaje de española atávica y racial que ya representó hace lustros en Todo es mentira (benditos noventa: ¡vivan las camisas de leñador!). La peli está hecha a base de clichés, no sólo de lo español (perdón, de lo catalán, como el flamenco o la paella), sino clichés en el planteamiento, lo cual es impensable no ya en el mejor Woody Allen, sino también en el Woody Allen mediocre: desde el minuto uno se sabía que se iban a liar ambas con Bardem, y que la morena se iba a enamorar arrebatadamente pero que luego would come to terms with her marriage. Y ya está, porque la peli no tiene nada más que eso. Y lo del padre poeta, trasunto cutre de Carlos Barral. Y lo de la avioneta. Y lo de las super-casas. Y lo de que en Barna haya más neoyorkinos que en Manhattan. Y el rollito de Pe en plan mujer superartistatotaldelamuerte que inspira al hombre no-genial (¿Gala?, ¿Frida?, ¿Colette?). Y los argumentos racional-hedonistas del seductor... La música, sin comentarios: sólo hay dos temas, y a la tipa que canta el que no es Entre dos aguas, habría que incrustarle un canto rodado entre los piños, a ver si así se le quita el subidón de anfetas que le hace balbucear como si tuviera algún tipo de tara. Qué lástima. Que alguien le practique la eutanasia a este hombre, ¿es que nadie comprende que estas pelis que lleva unos años excretando son una llamada de auxilio, que necesita lo que ahora llaman suicidio asistido? O, al menos, ahora que el Che está de moda, que alguien le recuerde aquello tan hermoso de que es mejor morir de pie que vivir de rodillas. O que le expliquen que su filmografía es un componente básico en la educación sentimental de varias generaciones, y que está manchando no sólo su propio buen nombre, sino la sensibilidad de miles de personas......................... y eso que he dormido bien...

Fragmentos de Luz de Agosto, de William Faulkner

Puede que te derrote un libro cuando, no habiéndote atrapado con la historia, lo hace cuando apela a ese extraño compromiso de fidelidad que no sabes muy bien cuándo contrajiste (aunque todo es posible en Las Vegas, nena). Puede. Pero también puede que seas un puto vago, entiéndeme, sé que estás cansado, y que la consultoría te succiona la energía, pero también sé que tú sabes, I know that you know, que, pese a mayo del 68, aún hay clases, y que no es lo mismo comer en Dantzari que engullir un alozgamba de los que venden los chinos a las cuatro de la madrugada en la esquina de Gran Vía con Hortaleza, regado con un exquisito caldo de cerveza Raiders (la del Dia) antes de soportar estoicamente la cola de El Sol. En ambos casos, el condumio te sabe a gloria. Pero sigues sin saber que no es lo mismo. Y lo que permite que te lo parezca eres tú y tus circunstancias, como diría el pedante Ortega. Lo digo porque sabes que hay veces que sabes que tienes entre las manos trescientas y pico páginas de delicatessen, sí, no es que te lo hayan dicho (amigos o algún estulto canon), es que te estás dando cuenta tú mismo, "esto es la hostia", pero... pero que no, vaya. Y entonces te vas. Pero el libro te mira de reojillo, y con un aire de suficiencia y despecho te espeta: "I'll be back". Joder, qué acojone. Porque no vas a ser tú, pobre mortal, quien le dé otra oportunidad a esa obra maestra; será ella la que te dé otra oportunidad a ti. Gracias a Tutatis, Faulkner no es un tipo rencoroso; sabe que conmigo lo tiene fácil, así que, tras dos desplantes en los últimos tres meses, parece que ahora tenemos un idilio; los grandes amores son así, accidentados y sorprendentes. Yo soy un tipo discreto, pero no puedo evitar contaros algunas de las cosas que me dice en la cama Luz de Agosto

"la sangre paterna odia, llena de amor y de orgullo, mientras que la sangre materna, llena de odio, ama y cohabita" 

"esa ociosidad terrible, reticente y sin objeto de los hombres habituados al trabajo" (ejem, ejem)

"cuando alguna cosa se convierte en costumbre, siempre está a mucha distancia de la verdad y de los hechos"

"no sólo porque siempre se acaba uno encontrando a alguien de su misma calaña, sino también porque no se puede evitar que el de la misma calaña le encuentre a uno"

"la memoria cree antes de que el conocimiento recuerde. Cree mucho más tiempo que recuerda, mucho más tiempo del que tarda el conocimiento en preguntarse"   

"Se fue con sus ropas de trabajo teñidas de crepúsculo. Era tarde. El lucero vespertino brillaba, opulento y pesado como una flor de jazmín"

"Parecía que, en lugar de haber sido sutilmente asesinada y transformada por el hombre invisible y beato [...], hubiese sido obstinadamente martilleada, laminada, día tras día, como un metal pasivo y maleable, hasta no ser más que una reducción de esperanzas vagas, de deseos frustrados, indecisos y pálidos hoy, como cenizas apagadas" 

"No era el trabajo duro lo que él odiaba; no eran tampoco los castigos ni la injusticia. Ya estaba acostumbrado a ello [...] Era la mujer: aquella tierna bondad de la cual se creía condenado a ser siempre la víctima y a la que odiaba más que a la justicia dura e inflexible de los hombres"

"Tenía un cigarrillo encendido en el rincón de la boca, como para no estorbar el paso de las palabras"  

Bueno, pues aquí lo dejamos; cuando lo termine os cuento un poquito más...