Once vidas de Mark Watson

Elegí y compré el libro teniendo las entradas de cine en la mano y el tiempo justo para entrar. Por alguna razón el argumento me recordó a Seis sospechosos de Vikas Swarup y ni lo dudé. Estaba convencida de pasármelo bien leyendo. Bueno. Perdón, es un “bueno” escéptico seguido puntos suspensivos, no es un “bueno” afirmativo de uy cómo lo he disfrutado. Vamos, que es un "psa". Xavier es un locutor de un programa nocturno de radio en el que los oyentes le piden consejo, que tiene un pasado al que se debe enfrentar. Las diez vidas restantes son las de los personajes que se ven involucrados en la sucesión de efectos mariposa que inicia Xavier. Entretenida, con un final que no me convence por fácil: que el lector elija su propia historia. Si Watson quiere invitar a la reflexión, conmigo no lo ha conseguido. Para reflexiones sobre las consecuencias de nuestros actos que se lea Ensayo sobre la ceguera.

La sabiduría de la Toscana de Ferenc Máté

Un elogio a la vida rural. La verdad es que leyéndola me he acordado mucho de mi abuela que todos los años que vivió en Madrid echó de menos su pueblo, y que puede que hubiera preferido seguir sentada a la puerta de su casa y comercio charlando con las vecinas y, como decía ella, conocer a todo el mundo. Creo que en muchas secciones del libro es un poco ingenuo sin reconocer todas las dificultades de vivir trabajando la tierra, pero sí he disfrutado mucho la llamada de atención sobre olvidar lo que realmente es importante en la vida. Tenemos que volver a disfrutar el entretenimiento activo y no tanto del pasivo, y volver a hacer las cosas con cariño y dedicación. Incluye una selección de recetas toscanas .... de haberlo sabido hubiera empezado a leer por el final, para haber preparado y disfrutado alguna mientras leía....Para leer donde no haya una televisión, ni radio, ni Internet …

Donde el corazón te lleve de Susana Tamaro

El diario íntimo de una abuela a su nieta que en plena edad de querer buscarse y encontrarse un lugar en el mundo. La vida silenciosa de una mujer inteligente infravalorada durante el S.XX. Una madre en sus últimos años de vida hace balance y recuerda como los secretos pueden marcar varias generaciones. Cualquiera de las anteriores puede ser un resumen del libro. Es sencillo, amable y no me ha marcado; pero a lo mejor leído con menos años hubiera provocado otros sentimientos. Creo que yo aprendí lo de dejarse llevar por el corazón escuchando a Sabina. Bueno para regalar a un adolescente.

Océano mar de Alessandro Baricco

Creo que es un libro que se tiene que leer en bajito, en un susurro. ¿Existen los poemas novelados? Pues es algo así. La primera y la tercera parte son simplemente bellas; la segunda es otra cosa distinta, cualquier cosa menos serena y onírica. Los personajes son algo especiales con cometidos muy concretos: pintar el mar con su agua, estudiar los límites del mar, curarse de la vida … creo que mientras la leía he visto o imaginado a todos sus personajes independientemente de su edad vestidos de blanco. Surrealista, poética, obsesiva, dulce, misteriosa…. Para leerla tranquilamente en una mecedora.

La esposa del Rey de las curvas de Alfredo Bryce Echenique

Yo es que con Bryce Echenique me río muchísimo incluso cuando no intenta ser gracioso. Además, los personajes de sus novelas o relatos siempre me parecen entrañables, y en este caso no iba a ser menos. Son diez relatos muy distintos, pero como siempre en sus historias se mezclan a partes iguales –o desiguales- el humor, la ironía, la nostalgia y la ternura. Sí es cierto que tengo mis preferidos aunque también que cuando he terminado alguno de los relatos me he alegrado mucho. Estupendo para cualquier tarde de verano, ...o de otoño, ... o de primavera...

El Maestro de Go de Yasunari Kawabata

Hay libros fantásticos que se leen en un mal momento y hay libros que son fantásticos porque se leen en un buen momento. Estoy convencida que el Maestro de Go pertenece a la primera categoría. Es una crónica de la última partida de Go jugada por uno de sus famosos maestros a punto de retirarse. Creo que para disfrutarlo hay que conocer el juego, y así se puede comprender y disfrutar de los distintos estilos de cada jugador, sus tácticas, el enfrentamiento entre ambos y el papel que tiene este juego en la sociedad japonesa. Como siempre, muy poético, pero hay tanto bellísimo de Kawabata que recomendaría cualquier otro, al no se que os intereseis por el Go, entonces como manual de juego os encantará.

Los ojos amarillos de los cocodrilos de Katherine Pancol

Un estupendo culebrón para leerse tirado en la piscina. Ligera, divertida, entretenida y fluida. ¡Cómo enganchan esas historias de requetemalos y requeebuenos! … sobre todo si están bien escritas. ¿Qué más os puedo contar? … vidas construidas sobre mentiras, mujeres despiadadas, hombres cobardes, amantes celosas, princesas ilegítimas, mojigatas encantadoras, madres crueles, maridos nobles, hijas adolescentes con objetivos claros … pues eso, todos los elementos de un fenómeno de masas. Me imagino que la segunda parte la empezaré cuando llegue la ola del verano que viene, me ha gustado pero si pongo 12 meses entre una y otra creo que mejor.

El Consuelo de Anna Gavalda

Es una historia de amor; amor entre padres, hijos, hermanos, amantes… Lo regalé según salió pero hasta ahora no me lo había leído. Es muy “Gavalda”: emocionalmente intenso, tierno, con mucho humor y con personajes bien definidos, que resultan muy reales y creíbles. Está lleno de personajes que buscan un final feliz. A mí me ha costado entrar, a veces cuesta reconocer quién está hablando, pero superadas las primeras 100 páginas, las siguientes se leen con poco esfuerzo -si no te ha asustado que tenga 600-. Tiene una estructura interesante, incluso con un capítulo en el que debate con el lector el recurso literario que utilizará para terminar el libro. Pero todavía me estoy preguntando si me ha gustado que sea una novela en la que lo único que sucede es que sus personajes se encuentren, se presenten y se cuenten lo que les ha pasado en sus vidas. Creo que hubiera preferido leer sus vidas mientras la vivían más que como sus recuerdos. Me ha encantado el concepto de la partida del consuelo, que da nombre al libro, esa partida que viene después de la revancha y es una en la que nadie se juega nada, se juega por el placer de jugar.

La delicadeza de David Foenkinos

Que agradable empezar así las vacaciones. El argumento es el más trillado de la literatura y del cine –y de la vida-: chica encuentra chico; chica pierde chico y chica reencuentra el amor. Pero te sumerges en la sencillez de la esperanza, disfrutas de un soplo de aire fresco, te llena de luz, de magia , de poesía. Es una historia sencilla, con personajes naturales que no esconden sus miedos, sus ansiedades, sus debilidades, su dolor. Te sorprenderás constantemente sonriendo. Contada a través de detalles, de momentos, convirtiendo cada problema en una oportunidad. Leyéndola recuperas el placer de simplemente leer.

El sátiro del metro de Anita Nair

Más para un chocolate caliente delante de una chimenea que para acompañar a un tinto de verano. Aquí no se ha publicado en ese orden, pero El sátiro del metro fue su primer libro; de haberlo sabido no lo hubiera comprado, porque lo compré tras leer Las nueve caras del corazón para ver en qué andaba Anita… Lo he disfrutado, pero es cierto que lo he tenido aparcado más de un año… no sé si porque es muy oscuro o por no se tan sensual y envolvente como lo “posterior” suyo que me he leí. En cualquier caso un libro de relatos de personajes inmersos en una soledad no elegida.

Una casa en Brandenburgo de Jenny Erpenbeck

Una casa vive la Alemania del siglo XX. Nos cuenta la historia de Alemania a través de sentimientos y detalles aleatorios de las personas que van ocupando y descupando esa casa idílica a la orilla de un lago a las afueras de Berlín. Arriesgada e inquietante. Se disfruta con una lectura consciente, tranquila y concentrada; se termina en un sábado. Ahora creo que todas las casas escriben un diario y cuando las derriban se juntan en algún lado para compartir las intimidades de sus inquilinos.

El sueño del celta de Mario Vargas Llosa

Merece la pena leerlo, pero no sería el primero (ni el quinto) en la lista de recomendaciones de Vargas Llosa. La verdad es que no era lo que estaba buscando. Quería un libro que pudiera leer después de comer sin que se me revolviera todo. No sé cuanto tiene de biografía y cuanto de novela, pero tiene un estilo narrativo más de informe de atrocidades que de relato de la vida de un hombre idealista que luchó por denunciar abusos del sistema colonial en el Congo y defender los derechos de los indígenas en el Putumayo. Es impresionante que los seres humanos seamos capaces de cometer tales barbaries. Con 100 hojas menos lo hubiera llevado mejor. Voy a buscar algo más ligero.

El rumor del oleaje de Yukio Mishima

Una historia de amor adolescente dulce y delicada ambientada en una pequeña isla japonesa donde los hijos heredan el oficio de los padres y que no conoce ladrón. Una novela bucólica donde tiene más importancia lo que el personaje está viendo por la ventana que el contenido de la conversación que mantiene. Sencilla y bonita. Huele a arena, sabe a sal y suena a mar. Perfecta para un momento tranquilo en el que corra la brisa.

Riña de gatos de Eduardo Mendoza

Uff, ma’ncantao; aunque no sé si el final no me ha encajado, no me ha convencido o me lo he leído tan rápido que se me ha escapado algo…pero como los finales en estas cosas no se discuten, pues simplemente me quedo en eso: lo recomiendo. Además, como “el final” se lo ventila en 3 hojas, pues mira, tampoco pasa nada. Como siempre Mendoza muy rápido e ingenioso, con una trama política, policíaca, romántica, comedia de enredo, histórica, artística, vamos o muy completita o no sabía con qué quedarse. Bromas aparte: perfecta para el verano.…. además he disfrutado muchísimo toda la historia y descripción de los cuadros de Velázquez.

Pantaleón y las visitadoras de Mario Vargas Llosa

Divertidísisisimo. Después de sentirme algo decepcionada con El paraíso en la otra esquina y antes de leerme su última novela me apetecía volver a sus clásicos. A Pantaleón Pantoja, un capitán del ejército peruano le encomiendan crear, en secreto, un servicio de prostitución para las fuerzas armadas en mitad de la selva amazónica. La soltura, el ritmo, el sarcasmo… Pero además el estilo tan distinto de cada capítulo: los diálogos múltiples y simultáneos, las cartas de su mujer, la retransmisión de los programas de radio, los partes militares, notas de prensa, que van ofreciendo información casi como efecto secundario, consigue que la atención no se desvíe ni un minuto. Hay que leerlo.

Dos Chicas de Shanghai de Lisa See

Después de leer El abanico de seda quería repetir autora… después de haber repetido, me quedo con el abanico. Dos hermanas casi opuestas pero muy unidas, en el Shangai de 1937 criadas en una familia de valores tradicionales, que prefieren vivir en la sofisticación occidental. Después de mucho dolor, muchos desastres, (muchos muchos, pero que muchos, casi demasiados) pasamos a su vida en California, en donde tienen que sobrevivir como inmigrantes chinas en “el país de las oportunidades”. Lo curioso es que no creo que la situación de los inmigrantes en EEUU hace 70 años sea muy distinta a la de ahora. Los títulos de cada capítulo me han parecido más poéticos que el contenido en sí. Le falta algo, aunque se lee bien.

Zenzele, Carta a una hija de J. Nozipo Maraire

Lo encontré entre los libros de una estantería heredada, y la verdad, aunque lo elegí por descarte lo disfruté. Una madre zimbabuense escribe a su hija una carta para recordarle sus raíces, su cultura, valores, sus tradiciones mientras estudia en Harward. Es interesante como describe la vida tradicional de un pueblo de Zimbabwe y su transición a adaptarse a los cambios introducidos por la civilización occidental. “No puedes rechazar una costumbre porque sea vulnerable al abuso”. Es cierto que interpretamos las culturas ajenas desde la perspectiva de la propia, y así es difícil no sólo comprender sino compartir. Recorre las luchas políticas, raciales, civiles pero no trata los problemas entre clases sociales, eso me ha sorprendido. Interesante y dulce y tranquilo.